Día 1: El "jet lag" y "la insoportable levedad del SER".

¿Quiénes somos?¿De donde veninos?

Pues si, recomiendo a todo el mundo la inolvidable experiencia de sentir el "jet-lag" zumbando en tu cabeza. Tras 19 horas (2'40 h Valencia-Munich, 5 h de espera, 11 h Munich-Tokio) aquí me encuentro en en aeropuerto de Narita (Tokio) preguntándome sobre la esencia de la vida y sobre... vamos, que no me tengo en pie y comienzo a ver elefantes rosas en la pared. Y es que si Dios hubiera querido que el ser humano volara, nos habría dado alas.


¿Plano de Tsukuba?

Pero no todo era llegar a Tokio (eso es fácil porqué el avión no suele equivocarse). Teníamos que llegar a un agujero infernal llamado KEK (dicho en occidental claro, porque en japonés lo flipas), para lo que teníamos que coger simplemente un autobús. Simplemente, ja!!!
El caso es que allí ni Cristo habla inglés y nisiquiera las gesticulaciones más obias para el occidental son entendibles por esta gente, digamos, algo "especialita". Y el buen viajero dirá: "seguro que había información cercana, un plano o algo así". Pues eso, ahí lo teneis. No se si llegais a apreciar los dibujitos "rollo manga" que indica los diferentes lugares.
Por supuesto, este plano como cualquier otro cartel está escrito en grafías japonesas o chinas, nada de usar algo que el viajero pueda entender. Hay que alegar en defensa de estos pobres infelices (los japos) las siguientes cuestiones a cerca de su idioma:

  • los japoneses utilizan tres alfabetos distintos: los kanji, el katakana y el hiragana.
  • el katakana es el que actualmente se usa para escribir las palabres de origen no-chino (46 caracteres) .
  • el hiragana se compone 46 caracteres que representan sílabas formadas por una consonante y una vocal, o bien una única vocal.
  • los kanji son los símbolos chinos ideo-gráficos que ahora o bien toman el significado de antaño, o bien correponden fonéticamente a la primera sílaba del objeto que antes describían (todo depende del uso). Hay 1945 caracteres kanji considerados de uso cotidiano, pero el número total asciende a unos 8000 (2000 arriba 2000 abajo).
  • todos estos alfabetos se mezclan en una misma frase o incluso palabra.


No hace falta decir que los japoneses se pasan media vida estudiando su propio idioma, así que igual no es justo pedirles que hablen inglés... O sí: que se jodan.





Día 2: Un apartamento en el desierto del Gobi.

Pues sí, resulta que al final llegamos a KEK. Incluso fuimos capaces de hacernos entender en la oficina de usarios y finalmente conseguir la llave de nuestro apartamento (a decir verdad sólo nos lo abrieron, la llave se la quedaron los "japos" porque la nuestra la tenía nuestro jefe)

mi cuarto


la cocina


salon













Y sí, sí, muy bonito el apartamento... pero si no estuviera en mitad de la nada seguro que le sacábamos más partido. El caso es que aquí no hay ni dios, y todo está cerrado los fines de semana. ¿Pero no eran los japoneses los que se pasaban la vida currando?


el paisaje








Día 3: Maquinaria pesada en manos de un guiri.

Pues tras sobrevivir al pescado crudo toca trabajar. 8 horas diarías, de 01:00 h a 09:00 h, encerrado (solo) en una garita llena de máquinas y monitores. Hacer un "Shift", lo llaman.

el antro donde paso la noche

el antro de nuevo

el detector que tengo que controlar (ja!)

el detector desde abajo

electronica del detector que tengo que controlar (ja! dos veces)

+electronica

yo en el shift, ¿delirando ya?

yo en el shift, definitivamente delirando







Día 6: El intregrismo oriental y los terremotos.


El porquè

Este follón que aquí veis se traduce simplemente en que ayer hubo un terremoto de 5.8 Ritcher y 5 sobre 7 en la escala de los japos. Obviamente, el epicentro fue aquí al lado. Mola. Ni que decir tiene que tuvieron que parar el experimento. Y es que el hecho de que se empeñen en construir cosas tan sofisticadas en un país con tantos terremotos no es sino otra muestra de su cabezonería, como lo es el no haber aprendido a usar cuchillo y tenedor (como cualquier persona civilizada) o el no usar el alfabeto accidental (la de tiempo que se ahorrarían!).






Día 9: Viaje al Japón profundo.


Marcho por fin a la mina, que es donde se encuentra uno de los detectores del experimento, de hecho es el detector más grande del mundo y viene a ser una piscina de 50 mil toneladas de agua. La mina está en Mozumi, que no es más que un grupo de cuatro casas perdidas en las montañas de Japón. Tan perdido esta el asunto que para recorrer lo que serían 250 km en linea recta, tengo que cojer un autobús y cuatro trenes. La cosa viene a ponerse "oficialmente" en nueve horas: yo, obviamente, he tardado 12.
Sin embargo, un viaje al Japón profundo, sobretodo si es en tren, es altamente recomendable.







Día 10: ¡A picar a la mina!.


Pues lo dicho. Que hoy es día de bajar a la mina a controlar todos los bichos y cables que ronden por allí. Es más o menos parecido a lo que hacía en KEK pero ahora tengo que llevar casco por si me caen piedras a la cabeza y controlar que la concentración de Radón en el hambiente no sea muy alta puesto que es radiactivo. Buen rollito!!!








Eso es el techo del detector...


Y en lo profundo de la mina, tenemos un cuartucho donde un japo y yo pasamos las horas...




Y aquí el mito de que los japos trabajan tanto cae por los suelos...





Comentario de: "Mamá".

Hijo mio, que bajo que has caido,tanto estudiar y acabar de minero. Igual vuelves transmutado de negro, no de carbón, de negro radiactivo Limpiate bien los dientes y lávate el pelo que los japos son pequeñitos. e igual se te queda alguno emboscado por algún sitio. Recuerda que tu madre es mú española y no quiere más inmigrantes ilegales.






Día 11: Misticismo oriental y mi amigo el tifón.


Os presento a mi amigo Ma-On. Es uno de los tifones más fuertes que ha azotado Japón en los últimos 10 años. La gente le tenía un poco de miedo, pero la verdad es que él sólo quería jugar un poquito levantando camiones (verídico) y esas cosas... En fin, la verdad es que por la mina no se presentó, así que no pude saludarle. Otra vez será. Pues eso, que tras sobrevivir a un terremoto y un tifón, el siguiente nivel lo alcanzaré enfrentándome a Godzilla en persona. Ya os cuento.



Por lo demás, este lugar es realmente bonito (el pueblo donde estoy, no la mina). Es tan bonito como perdido está de la mano de Dios: aquí no hay nada, no se puede hacer nada, y no se puede ver nada. Así que paso mis días en una especie de retiro monacal. Viendo el aislamiento de este lugar y la naturaleza que me envuelve he llegado a entender "el porqué" del misticismo oriental.






En fin, os presento mis aposentos y el "pueblo" donde vivo: Mozumi.


Y ya no tengo tanto espacio pero tampoco me quejo...







Día 14: Cazafantasmas.


Pues nada nuevo que contar. Por aquí seguimos pasando los días en lo profundo de la roca. Pero por si alguien se pregunta qué hacemos en tal agujero, la respuesta es: CAZAR FANTASMAS.



Estos fantasmas se llaman neutrinos y nuestra "trampa" viene a ser más o menos como esto:



Pero en fin, a mi no me parecen tan extrañas estas criaturas cuando las comparo con la comida que me dan a comer los "japos". ¿Alguien podría identificar alguno de estos alimentos?







Día 17: Vuelta a KEK.


Bueno, pues se acabó la montaña. Vuelvo a Kek a seguir haciendo "shifts" en un cuartucho. Pero antes de cojer coger el tren a las 8:30 de la mañana, hago la vísita turística al lugar. Ahí van un par de templos:



Y después a esperar en la estación del fin del mundo...



La última vez fueron casi 12 horas el viaje KEK-Mozumi. Veremos si en el camino de vulta hay más suerte...



Pues sí, ha habido suerte. Han sido sólo 8 horas y encima en la estación de Tokio había fiesta con go-go's y todo...









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