Día 42: Un paseo por KEK.




Llevo aquí más de mes y medio y todavía no me he parado a hacerle fotos a este agujero llamado KEK. Así que ahí van algunas.
Me he dado cuenta, cuando por fin me he dedicado a fijarme en el lugar donde vivo, que esto es como un cementerio (o desguace) de bicis. Supongo que la gente extranjera las compra cuando viene porque son muy baratas, pero cuando se marchan las dejan por cualquier rincón de KEK y allí se quedan oxidándose y formando parte del paisaje.



Y a parte de esto, el sitio es bonito, con muchos árboles y esas cosas. Estos son los edificios donde vivo (izquierda) y donde los japos juegan al badmintong y al ping-pong:



Y esto viene a ser el sitio donde curro...



Y desde la terraza del edificio donde se encuentra nuestro reducto internacional (la oficina donde estamos nosotros, un ruso y un francés) se ve esto...



Pues eso, que esto es un lugar enorme con sus bosquecillos y todo.









Día 44: K2K is dead!.


A los japos se les ha roto el aparatito con el que hacían el experimento, así que creo que se acabo el invento por siempre jamás. Obviamente esto es extraoficial (a los japos les va costar admitir públicamente el hecho), pero nisiquiera pueden entrar a tratar de arreglar el asunto porque la zona es radiactiva, así que K2K está muerto. Pues eso: adiós al cuartucho de la Neutrino Line donde pasé tantas horas...



Para los que entiendan del tema: el caso es que el magnet (el horn, vaya) ha muerto y de momento no pueden entrar nisiquiera a la sala debido a los niveles de radiación. Incluso esperando a que sea seguro entrar allí, no está claro que tengan un recambio para los cuernos magnéticos. Así que parece que, aunque no lo confirmen oficialmente a la comunidad científica, el experimento se ha acabado bastante antes de lo previsto.





Día 48: La familia crece.


Este tipo con pose tan intelectual es el que va ser nuestro nuevo compañero a partir de Marzo. Se llama Michel Sorel y tiene doble nacionalidad: Luxsemburgo e Italia. ¿A que nadie a visto nunca un pasaporte de Luxemburgo? Pues yo ya sí. El caso es que el pobre se vino desde Chigago a hacer los shifts, pero como se les ha roto el aparato, pues ya no hay nada que controlar.









Día 52: International trip to Tokyo, where the "moderns" lie.


Nos vamos Michel y yo a Tokyo, pero en el autobús nos encontramos con el ruso y el francés que trabajan en el mismo depacho que nosotros. Así que nos vamos de turismo y "shopping" como un grupo bastante heterogeneo de guiris.



La primera parada es un bosque, con su correpondiente templo budista, que se encuentra en el centro de la ciudad. Y debe de ser un día especial (o quizás no) porque nos cruzamos con multitud de niños vestidos como para celebrar el equivalente oriental de la primera comunión (o algo).



Incluso vemos una boda (o algo), en la que no parece haber futuro marido...



Y si los valencianos nos dedicamos a hacer mantos de flores a la "Cheperudeta", los japos se dedican a hacer composiciones con vegetales y hortalizas varias.



Y nada más salir del parque Yoyogui... una invasión de "modernos" toma la ciudad:





¿Será que no saben cómo ser más modernos de lo que ya son y se reunen en manadas para autorreafirmarse? ¿O acaso estoy confundido y en realidad son un grupo anarkista radical que intenta rebentar los sólidos y sobrios esquemas en los que se asienta la sociedad japonesa? El cartelito podría ser una pista...
La tercera posibilidad es que se hayan escapado del zoo de "Un paso adelante".





Día 54: Celebración en la familia.


Pues allá que vamos todos a casa del jefe y su familia para celebrar el cumpleaños de Pilar, la mujer de Juanjo.



Y lo típico, buena comida, cava, postre y regalitos...



En difinitiva, una noche muy divertida y agradable, aún habiendo tenido que volver depués a KEK en bici...





Día 57: La última cena.


Pues he aquí los "gaijin" (demonios extrangeros en japonés) de KEK-K2K cenando en uno de esos sitios japoneses donde te sirven muchas cosas diferentes y tu tienes que hacer como si supieras lo que son.



Ahí tenéis a mi compañera Elena, al ruso Marat (el de la frente despejada), al francés Stephan (el de al lado con gafas), al yanki Brayan (al que apenas se le ve la cara y al que no entinedo nunca cuando me habla... you know, man!), al chino no-se-qué (el oriental, claro), a la polaca Shasha (la única tía), y al Italiano-Luxemburgués residente en Chicago Michel (el del final del todo). Ya veis, muy internacional.





Día 58: Tokyo National Museum.


Visita en mi último día en Tokyo al Museo Nacional.
No creo que los budistas necesiten un infierno como el cristiano, porque sólo con mirar la cara de mala leche de algunos de sus dioses...




Aunque tampoco se quedan atrás las pintas que llevaban los samurais...



Menos mal que los japos siempre lo compensan todos con jardincitos y laguitos...









Deja tu comentario