El sueño de Einstein de que hay un principio básico que define todas las interacciones en los mismos términos no sólo es una metáfora "intelectualmente muy atractiva, sino una teoría perfectamente bien planteada desde el punto de vista matemático". Éste es el convencimiento del físico José W. F. Valle (Brasil, 1953), que dirige el grupo de investigación de Astropartículas y Física de Altas Energías en el Instituto de Física Corpuscular del CSIC en la Universidad de Valencia. Valle, último Premio Humboldt de investigación -lo que le sitúa en el nivel del Nobel Koshiba, que lo recibió hace tres años- está convencido de que "el hallazgo de la masa de los neutrinos" "es incuestionable" y confirma las terorías más avanzadas de los últimos 40 años. Este descubrimiento en los neutrinos (pequeñas partículas subatómicas que en su desintegración producen gran cantidad de energía, constituyentes básicos del microcosmos), obliga, por tanto, a revisar las teorías del origen del Universo y sus implicaciones en el modelo del Big Bang.
Valle defiende a ultranza la necesidad de financiar la investigación básica y apuesta por la formación de investigadores para hacer más competitivo el entramado industrial. "Un país del nivel económico como el nuestro tiene que apoyar la investigación básica. No puede decir que compra las patentes hechas, porque esto es una visión muy miope", afirma. Desde el IFIC -instalado en dos de los edificios emblemáticos del futuro parque científico de la Universidad en Burjassot, que se inauguran hoy- Valle coordina un proyecto europeo de centros de excelencia, Neutrino Astrophysics Network, de la Fundación Europea de la Ciencia, que reúne a los principales equipos de investigación en Física de Neutrinos.
Pregunta. ¿Las directrices del VI Programa Marco que acaba de entrar en vigor responden a estas coordenadas o, por el contrario, apuestan por la investigación aplicada?
Respuesta. En mi opinión no, está demasiado enfocado a la ciencia aplicada (la genómica, nanotecnología) y creo que dejan un poco de lado la ciencia básica. Aunque es cierto que todos los que somos grupos buenos no tendremos problemas para competir por la financiación. Sin embargo, no todos los equipos ni todas las áreas tienen la misma calidad. Hay que formar jóvenes científicos. En una década, nuestro equipo ha formado del orden de 30 jóvenes científicos de alto nivel de excelencia.
P. Sí, pero precisamente en España se vive la precariedad de los investigadores, existe la conocida fuga de cerebros y el Programa Ramón y Cajal, creado para revertir esta situación, no acaba de funcionar...
R. En nuestro grupo tenemos dos Ramón y Cajal. Creo que todos aplaudimos en su momento el programa. Sin embargo, es cierto que es demasiado burocrático. Pero la idea básica de recuperación de científicos es buena, y tiene que continuar.
P. De momento tiene un futuro incierto, a decir del parón denunciado por los propios investigadores
R. No sabemos qué puede ocurrir. Pero si se cumple el año próximo habrá 2.000 jóvenes investigadores incorporados en España en todas las áreas. Es muy importante, porque permitiría absorber una gran cantidad de jóvenes científicos con alto nivel de formación que están "nómadas" por el mundo, porque no pueden volver.
P. Eso parece insuficiente. Las estadísticas europeas indican que España está entre los niveles más bajos de financiación de la UE.
R. ¡Claro, claro! Hay que gastar más en investigación y hay que formar más gente. Pero, además, al personal formado hay que buscarle sitio. Hay que encontrar fórmulas para que los investigadores no se tengan que incorporar necesariamente a las plantillas de los Organismos Públicos de Investigación (Institutos, CSIC y Universidades).
P. ¿El nuevo marco estatal de Ley Orgánica de Universidades (LOU) y el futuro formato de la Agencia Nacional de Evaluación y Calidad (ANECA), que evaluará la actividad investigadora sin que se conozcan los criterios, cómo influirá?
R. Hay que ser muy cuidadosos en este tema. Yo soy investigador y, por tanto, mi participación en la universidad es muy limitada. Y mi visión también.
P. Sí, pero usted trabaja en agencias internacionales de investigación científica en todo el mundo, con criterios y estándares aceptados mundialmente. ¿no deberían tenerse en cuenta desde la ANECA?
R. La evaluación y creación de estándares de calidad para la universidad española es buena. Y tiene que hacerse bien. La universidad española, aunque tengamos un nivel de financiación bajo, tiene una estructura muy eficiente, y la investigación ha alcanzado niveles de excelencia. Nuestro grupo, por ejemplo, es un grupo de excelencia a nivel mundial.
P. La crisis del Prestige ha puesto de manifiesto que el Gobierno ha actuado de espaldas a la comunidad científica.
R. Desconozco el tema. Lo único que puedo decir es que el CSIC al que pertenezco, en el desastre de la presa de Aznalcóllar realizó un papel muy importante y la comunidad científica contribuyó mucho.
P. ¿Por qué no se ha actuado igual ahora, con una comisión de expertos nacionales y extranjeros?
R. No sé dónde ha estado el fallo. Pero creo que por parte del CSIC ha habido un esfuerzo y un intento por contribuir. Desconozco qué ha pasado.
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